Este puente sustituye a uno de Herrera, del siglo XVI. El proyecto de sustitución de un puente como el de Herrera con una variante y un puente nuevo, requiere un cuidado especial, tanto en la posición relativa entre los dos puentes, como en la configuración del nuevo.

El nuevo puente sobre el río Guadarrama es un arco tímpano biarticulado de hormigón armado de 55,5 m de luz y 10 m de anchura, cuya forma se genera mediante un prisma de sección triangular cortado ortogonalmente por un cilindro de directriz circular, y limitado en los extremos por dos planos inclinados. La figura resultante tiene sección triangular en los arranques y trapecial en clave. La estructura del arco está formada por un cajón bicelular de forma variable.

Los estribos son pirámides de base trapecial, con el vértice bajo el arranque del arco y la base en el contacto con las tierras del terraplén de acceso; de esta forma el arco se apoya sobre un triángulo de dimensiones análogas a los arranques.

Para conseguir el máximo peralte en el arco, las articulaciones se deben situar en la sección de arranques lo más cerca posible del borde inferior, y dada la forma triangular de esta sección, en el borde inferior sólo se puede colocar una articulación de neopreno confinado en cazoleta metálica. Con estos dos apoyos el puente no es estable transversalmente, porque puede volcar para cargas descentradas. La estabilidad se ha conseguido mediante apoyos horizontales que impiden el giro.

El puente se construyó sobre cimbra apoyada sobre penínsulas, y el hormigonado del arco tímpano se realizó por fases hasta cerrar en clave. Se terminó en 1988.